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Cogeneración con residuales en Pemex, un proyecto con sentido

El nuevo sexenio brinda una oportunidad para reactivar el propósito de realizar un programa de cogeneración eléctrica en la petrolera nacional.

JOSE BECERRA O’LEARY

La economía mexicana se asomó al nuevo milenio con la expectativa propia que un nuevo gobierno surgido de la alternancia generaba, pero que, además, prometía un crecimiento anual promedio del 7%. El segundo trienio del ex presidente Ernesto Zedillo registró tasas de entre 5 y 6%, por lo que la nueva administración tenía a su favor el impulso de una economía estable y en crecimiento y, entre otras variables importantes, la capacidad de generación eléctrica se encontraba en el 2000 ligeramente por encima de los requerimientos tanto del aparato productivo como del servicio doméstico.

Ante el supuesto de que la economía mexicana continuara creciendo a tasas por encima del 6%, era menester que el sector energético tomara providencias para estar en correspondencia con los requerimientos crecientes de energía. El sector respondió con la construcción de nuevas plantas termoeléctricas y esfuerzos importantes en la modernización del sistema eléctrico a cargo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), así como la aparición de los llamados Productores Independientes de Energía.

Sin embargo, estos esfuerzos no se correspondieron con el crecimiento de la demanda, ya que la economía nacional no creció lo prometido. La conjugación de estos dos factores nos hace llegar al término de la actual administración con una capacidad de generación de aproximadamente 47,000 megawatts (MW), cuando el consumo se encuentra alrededor de los 34,000 MW. Esto significa que el diferencial a favor de la oferta creció sustancialmente, lo que como primera lectura nos dice que la administración de Felipe Calderón no iniciará con una presión importante para agregar capacidad de generación.

Sin embargo, la crisis político-electoral que hemos vivido durante 2005-2006, cuyo impacto en la economía ha sido prácticamente imperceptible, parece indicar que, para bien de México y los mexicanos, la estabilidad macroeconómica ha llegado para quedarse.

Este factor, que habrá que considerarse como un “bono” a favor de Felipe Calderón y su futuro gobierno, en caso de corresponderse con una nueva política económica que ahora sí privilegie el crecimiento con empleo bien remunerado, permite avisorar, o al menos renovar la esperanza, respecto a que los próximos años la economía nacional crecerá a tasas sostenidas al menos por arriba del 4%. No podemos ni debemos esperar menos de eso.
Tal expectativa, reforzada por el planteamiento de largo plazo 2030 que anunciara recientemente el presidente electo, obliga a pensar en todos lo posibles recursos de los que México pueda echar mano, con objeto de prever cómo, con qué, con quiénes y cuándo enfrentaremos, en los términos más competitivos posibles, la futura demanda de energía. Es aquí donde conviene someter a la reflexión seria y responsable, entre otras alternativas, el enorme potencial de “Cogeneración a partir de residuales” que tiene Pemex-Refinación.

En efecto, México tiene en su principal empresa, Petróleos Mexicanos (Pemex), específicamente en su subsidiaria Pemex-Refinación, un potencial extraordinario que vale la pena considerar a la luz de los siguientes razonamientos:

  • Las 6 refinerías de Pemex-Refinación cogeneran desde siempre y lo seguirán haciendo. Producen el 100% del vapor que requieren para mover sus plantas de proceso y simultáneamente generan alrededor del 86% de la energía eléctrica que mueve sus equipos e ilumina sus instalaciones. La factura eléctrica de Pemex-Refinación durante 2004, incluyendo el resto de sus instalaciones, ascendió a 1.327 millones de pesos.
  • Los sistemas de fuerza de Pemex-Refinación están conformados por equipos que en promedio cuentan con 20-30 años de antigüedad, lo cual encarece su mantenimiento, inhibe mejoras para eficientar el proceso y estrecha igualmente los márgenes de seguridad.
  • Se utiliza como combustible una mezcla de gas natural y combustóleo, significando el consumo de gas natural el equivalente al 20% de las importaciones totales nacionales del 2004, esto es, 152.6 mmft³/d, así como una cantidad importante de diluyentes (en ocasiones diesel) necesarios para agregar a los residuales líquidos y conformar el combustóleo.


Tan solo a partir de estas tres premisas iniciales, se justifica valorar la conveniencia de que Pemex-Refinación transite a un esquema más moderno y eficiente en el que usando como combustible sus propios residuales líquidos y/o sólidos, mediante la tecnología de gasificación, continué cogenerando, satisfaga el 100% de sus necesidades de vapor y energía eléctrica pero a su vez pueda:

  • Incrementar la eficiencia energética en sus refinerías.
  • Aumentar la confiabilidad de su sistema de fuerza.
  • Reducir y transparentar costos.
  • Utilizar combustibles alternos con amplia disponibilidad y menor costo.
  • Liberar gas natural al mercado suprimiendo su consumo en el Sistema Nacional de Refinación
  • Eliminar la factura eléctrica actual.


Asimismo, frente a la volatilidad de los precios internacionales del gas natural y nuestra creciente dependencia del exterior, porqué no voltear a lo que tenemos dentro, ésto es, nuestros crecientes volúmenes de residuo de vacío. Quienes se hayan asomado a Pemex Refinación, así sea someramente, saben que a mayor cantidad de crudos pesados alimentando el proceso de refinación, mayor cantidad de residuales obtendremos. La dieta con la que actualmente se abastece a las refinerías, contiene ya cerca de un 47% de crudo Maya empezando a incorporarse el superpesado Ku Maloob Zaap con entre 1 y 2% y acorde a la calidad que se espera de nuestras reservas, el futuro de los crudos mexicanos oscila entre los pesados y superpesados. Esto significa mayores volúmenes de residuales que bien dispongamos de ellos en estado líquido o sólido, según avance el programa de reconfiguraciones y la instalación de coquizadoras, el recurso ahí está, ahí estará.

No hay muchas opciones; como residual líquido lo usamos como combustible en un nuevo esquema de cogeneración disminuyendo la producción de combustóleo, mercado de suyo cada días más incierto, o bien optimizamos la obtención de gasolinas por barril mediante la coquizadora y el coque lo usamos como combustible en el referido nuevo esquema de cogeneración antes que seguir regalándolo a la industria cementera.
Como corolario de estos juicios, vale comentar que en opinión del personal técnico responsable en Pemex-Refinación, donde esta propuesta tiene varios años de estarse analizando, el balance de combustibles 2008-2013, considerando exclusivamente Salamanca, Tula, Minatitlán y Madero, arroja una disponibilidad de residuales sólidos y líquidos suficientes para cogenerar hasta 4,000 MW, cantidad que excede con mucho los requerimientos internos no solo de Pemex-Refinación, sino de todo Petróleos Mexicanos.

Lo anterior significa que no solo estamos frente a la posibilidad de optimizar el sistema de fuerza de Pemex-Refinación satisfaciendo simultáneamente los requerimientos de energía eléctrica, a menor costo, para todo Pemex, sino que se tendría un diferencial que en calidad de excedente, acorde a la legislación actual, podría venderse a CFE para que ésta, a su vez, la ponga a disposición de las futuras necesidades del aparato industrial mexicano.

Un esquema de porteo y tarifas conveniente para las partes (Pemex y CFE) y ciertas adecuaciones técnicas, jurídicas y administrativas a la normatividad que regularía esta nueva relación, de negocios, porqué no, entre estas dos entidades públicas tan importantes, haría de esta posibilidad, mediando la voluntad política y visión modernizadora necesarias, una oportunidad extraordinaria para ampliar la oferta de energía eléctrica nacional hacía el futuro. Dos a tres mil megawats adicionales, mediante un esquema alternativo como el que se sugiere en esta nota, no son poca cosa. Vale la pena considerarlo.

Intentando sintetizar los posibles beneficios de un proyecto de esta naturaleza, se enlistan a continuación algunos de ellos:

  • Aumentar la competitividad de Pemex-Refinación permitiendo suministro confiable de vapor y energía eléctrica.
  • Se abatirán costos al sustituir compras externas por generación de energía más barata.
  • Solucionar creciente problemática de residuales líquidos o sólidos de crudos pesados.
  • Reducir emisión de contaminantes a la atmósfera.
  • Aumentar la disponibilidad de gas natural en el mercado nacional.
  • El costo de producción de electricidad es menor en esquemas de cogeneración que en ciclos combinados y menor que el que se paga por compras externas
  • Pemex Refinación tendrá nuevas oportunidades de negocio con la venta de excedentes a CFE y Luz y Fuerza del Centro y/o asociándose con terceros cogenerando para autoabastecimiento.


Finalmente, y ya que el tema presupuestal resulta insoslayable, Petróleos Mexicanos y el gobierno federal deberán ponderar si destinan recursos públicos a este propósito, o si tratándose de actividades no sustantivas de la industria petrolera, y bajo un esquema en que se mantenga el control de estos procesos, se invita al sector privado, preferentemente nacional y en calidad de socio bajo la figura de cogeneración para autoabastecimiento. El tema es, sin duda, controversial, pero tendría que abordarse con seriedad y al margen de posturas dogmáticas de cualquier signo. Vale la pena una reflexión profunda al respecto.

La pertinencia de una propuesta como la de que Pemex-Refinación cogenere a partir de sus propios residuales y explote, en beneficio propio y del sector eléctrico nacional, su extraordinario potencial, tendrá mayor sentido en la medida en que, como todos esperamos, México y su aparato productivo se encaucen en una dinámica de crecimiento diferente.

*Licenciado en Administración de Empresas por la UNAM, con amplia experiencia en diversos campos de la administración pública. Durante 2003-05 se desempeñó como Coordinador Ejecutivo de Programas Estratégicos de Pemex Refinación, donde impulsó el Proyecto Cogeneración a partir de Residuales en Pemex Refinación. Es asesor de diversas entidades públicas y privadas en temas económicos y energéticos (jobecerrao@yahoo.com.mx).