Regresar a la lista artículos | Inicio El futuro del sector eléctrico La reforma propuesta en el sexenio pasado podría ya no ser relevante. EDUARDO ANDRADE ITURRIBARRÍA Se logró, durante el sexenio del Presidente Fox, la más dinámica expansión del sector eléctrico en la historia de nuestro país. Sin embargo, el modelo de expansión aplicado, junto con la negativa de Congreso para aceptar los cambios legales que propuso su gestión, también tendrá impacto en el modelo industrial de este sexenio e implicaciones en los compromisos políticos que el gobierno del Presidente Calderón podría tener que asumir. La expansión del parque de generación y las líneas de transmisión fueron financiadas a través de los esquemas de Productor Externo de Energía (PEE) o de Obra Pública Financiada (OPF), que implícitamente establecen compromisos de compra o venta de capacidad entre ellos y de suministro de combustible con algún proveedor. Los PEEs se comprometen contractualmente a usar gas natural y a entregar energía a la línea de transmisión asociada al proyecto. Implícito está que la línea se compromete a tomar la energía que el PEE le entrega. Algo similar sucede con la generación mediante la OPF. Si bien no existe una relación contractual explícita entre la planta y la línea, sí existe una obvia vinculación y una bien fundada esperanza de despacho de la planta y de uso de la línea que son lo que Hacienda requiere para autorización de endeudamiento y el Congreso para aprobación. Mientras los proyectos generen flujos de efectivo para repagarse, desde un punto de vista teórico y también aceptable para la banca, el PEE y la OPF son un esquema de financiamiento sólido y sin límite mediato. Esto presupone, también, que las tarifas sean cobradas y que además sean suficientes para cubrir las necesidades de CFE. El
camino andado entre 2000 y 2006 y el éxito indiscutible del PEE
y de la OPF son resultado de decisiones tomadas y no de la espontaneidad
o de la inercia. Si bien se tomaron dentro del ámbito de ciertas
restricciones, la magnitud del volumen de generación que representan
en el país han marcado un derrotero tal que la reforma eléctrica
propuesta a principios del año 2000 como modelo de organización
industrial del sector ha perdido oportunidad y probablemente también
relevancia. No es posible por el momento saber si se alcanzó
ya el punto de no retorno o si ya a alguien en realidad le importa,
pero ciertamente el Plan Nacional de Desarrollo requeriría tomar
en cuenta esta realidad desde el punto de vista de las políticas
públicas pero, tal vez más importantemente, también
por los compromisos políticos y necesidades de acuerdos partidistas
que podría evitarse. También
el hecho de que el objetivo de la promoción legislativa del gobierno
actual se centre, y con toda razón, en la reforma del marco estructural
del subsector de los hidrocarburos indicaría que, ya sea por
la omisión en el análisis o por intención deliberada,
el futuro será la construcción de un modelo de organización
industrial eléctrico con participantes privados, según
lo permitido en la actual Ley del Servicio Público de Energía
Eléctrica (LSPEE), y con las paraestatales en un ámbito
en el que la competitividad del sector se promueva y se garantice mediante
el concurso de las plantas, líneas y suministro de combustibles
con las adjudicaciones hechas por cualquiera de las modalidades y mecanismos
de subasta definidos en las leyes actuales. De cualquier forma, el rumbo tomado en los pasados seis años no desacredita lo planteado en su momento por la anterior administración, pero sí habría comprometido sustancialmente lo posible y lo deseable para este sexenio incluyendo, probablemente, también las decisiones en la política de combustibles. Por cierto, la OPF y el PEE son pidiregas, son baratos y debieran ser explorados en su potencial de aplicación en otras áreas del sector energético. *Ingeniero
civil, egresado de la UNAM con especialización en administración
de proyectos y posgrado en finanzas del ITESM y de proyectos de inversión
de la Organización de Estados Americanos (OEA). Es ex presidente
de la Asociación Mexicana de Energía. Actualmente es director
de Desarrollo de Negocios de Techint (eduardoandradeiturribarria@gmail.com).
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