Artículos Anteriores | Inicio

Energía a debate, Enero - Febrero 2009
 

La propuesta energética de Obama

 

La búsqueda de eficiencias y de menor dependencia del petróleo
son ejes fundamentales de un cambio de política en el vecino país.

Rosío Vargas Suárez.*

La plataforma programática de la campaña presidencia de Barack Obama(1) deja ver los principales trazos que seguramente seguirá su administración a partir de enero del 2009. Por su importancia e implicaciones mundiales vale la pena analizarla, pese a las modificaciones que ocurran en su puesta en marcha, debido a que con ella intentaría sentar las bases de un nuevo orden energético  mundial a partir de liderear el Régimen Poskioto (desde 2012) y con ello dirigir la transición energética que gran parte de los países se verán obligados a poner en marcha ante la necesidad de garantizar su seguridad energética y adherirse a los compromisos internacionales del Régimen de Cambio Climático.

La propuesta de Obama y de Joe Biden reitera la añeja búsqueda por la independencia energética, hoy bajo un contexto internacional de desventaja para los Estados Unidos, en términos energéticos que lo coloca en competencia respecto de enemigos históricos como Rusia; frente a otros a los que califica como Estados canalla (rogue states) como Irán; así como ante adversarios y competidores como ocurre con Venezuela y China, quienes se alinean en un bloque que busca hacer contrapeso al unilateralismo militar de los EUA, a partir de alianzas y acuerdos de cooperación energética. La peculiaridad de la situación actual es que casi todos ellos (excepto China) son países con importantes recursos energéticos, activo que utilizan a su favor. La geopolítica internacional constituye un elemento lo suficientemente desafiante para los Estados Unidos como para explicar el retorno de la ansiada independencia energética. Ante esta situación, la administración saliente en Estados Unidos y, en particular, los neoconservadores consideran positiva la declinación del precio del petróleo ya que ello reduce la transferencia de riqueza a países como Irán, Rusia y Venezuela que ha sido, desde hace tiempo, una preocupación por el traslado de la renta petrolera que, según ellos, sólo ha fortalecido a los “estados autoritarios”.

En particular, el objetivo de disminuir la dependencia del petróleo del  Medio Oriente estaría en consonancia con su promesa de campaña de retirar las tropas de su país de Irak. Ahora y sin tensiones, Obama puede retirar en 16 meses parte de ellas, mientras se estabiliza Irak y las empresas petroleras anglo se hacen cargo del desarrollo de su industria, gracias a la recientemente expedida Ley de Hidrocarburos. Con ello Obama puede cumplir su promesa a quienes se han opuesto a la ocupación, de acabar con la guerra.

El contexto nacional y, sobre todo internacional, explica, en buena medida el contenido de la propuesta energética  Obama-Biden y da cuenta de la orientación que seguramente seguirán los Estados Unidos en materia energética. El plan tiene dos objetivos medulares que a continuación se describirán en su esencia y luego se comentan, estos son: resolver la dependencia energética y enfrentar el cambio climático.

 

Soluciones a corto plazo

Plan agresivo contra especuladores.

Intercambio de petróleo de la Reserva Estratégica (SPR) para ayudar a proporcionar alivio inmediato a los altos precios de los combustibles.

 

Comentario

Esta solución se elaboró en un momento de precios altos y esto es lo que explica el contenido de las soluciones de corto plazo. La caída reciente de los precios del petróleo, debido a la crisis económico-financiera ha restado  presión para sacar el petróleo de la Reserva Estratégica, así como buscar el  acceso a áreas de territorio  restringidas a la explotación petrolera, que más adelante se propone. 

 

Solución al cambio climático

En cuanto al mediano y largo plazo, se consideran dos desafíos a afrontar: la dependencia petrolera y el cambio climático.

Implementar topes a las emisiones de Gases Efecto Invernadero –GEI- (80% por debajo de los niveles de 1999 para el 2050).

Hacer a Estados Unidos un líder en el combate al cambio climático. Para ello se vinculará con el esquema de la Convención de las Naciones Unidas en esta materia con el fin de revitalizar el esfuerzo de las principales economías para reducir emisiones.

La propuesta intenta utilizar los ingresos generados por los controles de emisiones para hacer inversiones que permitan reducir la dependencia petrolera y acelerar el despliegue de tecnologías bajas en emisiones de carbón.

Las inversiones se enfocarán en tres áreas: 1) investigación básica; 2) tecnología de demostración y 3) creación y agresivo despliegue de Mercado Limpio.

La inversión será de 150 mil millones de dólares en 10 años para acelerar la comercialización de autos híbridos, promover el desarrollo y comercialización de energía renovable, alentar la eficiencia energética e invertir en la reducción de emisiones en plantas de carbón, producir biocombustibles de la siguiente generación e infraestructura para combustibles así como comenzar la transición a una red eléctrica digital.

 

Comentario

Los 150 mil millones de dólares a invertir en energía limpia para los próximos 10 años se antoja una cifra baja comparada con lo que dedicará a afrontar la crisis financiera (700 mil millones de dólares). No obstante, se argumenta que las limitantes mayores a la aplicación del plan son, paradójicamente, la caída de los precios del petróleo y la crisis financiera, factores que desalientan las inversiones.

Otra duda surge en torno a los límites a las emisiones GEI ya que en numerosas ocasiones el congreso de Estados Unidos ha rechazado los topes a las emisiones y ahora parece difícil que se aprueben.

Eficiencia automotriz:

Objetivo: reducir en 10 años consumo petrolero en éste sector en un nivel superior a las importaciones del Medio Oriente y Venezuela a partir de:

Aumentar estándares de eficiencia en combustibles en un 4% anual.

Desarrollar vehículos avanzados y poner un millón de vehículos eléctricos en funcionamiento para el 2015.

Convertir la flotilla de autos de la Casa Blanca a eléctricos, así como la mitad de los autos del gobierno federal para el 2012.

Asociación con sector automotriz nacional. Otorgarles $4 mil millones de dólares en créditos fiscales y garantías de préstamo a fin de que autos eficientes se fabriquen por trabajadores estadounidenses y no en el extranjero. 

Mandato para que todos los vehículos sean flexibles (para el consumo de biocombustibles).

Desarrollar los biocombustibles de la siguiente generación y su infraestructura.

Establecer estándares para un combustible nacional bajo en carbono (para acelerar la introducción de combustibles no petroleros bajos en carbono).

 

Comentario

En concordancia de los nuevos derroteros de los Estados Unidos que se propone ir más allá de las limitaciones de la política tradicional para adoptar una política “inteligente (smart)”, la política energética podría entrar en esta caracterización en el sentido de intentar dar una solución estratégica a un sector clave y a uno de los mayores consumidores de petróleo en forma de gasolinas, como es el sector transporte (verdadero talón de Aquiles de la economía de Estados Unidos) para reducir su dependencia petrolera.

Proponer autos eléctricos/híbridos para la consecución de este fin a partir de la tecnología más promisoria para reducir consumo de petróleo, parece una política acertada ya que, de acuerdo a sus promotores, no se requerirían plantas nuevas para generar electricidad, ya que, según sus cálculos, hay capacidad excedente de generación en la noche. En todo caso, las barreras radican en el costo y la  vida de la batería.

La estrategia de Obama complementará la estrategia Postkioto, que ya se diseña bajo la administración de George W. Bush junto con el G8. Esta última  pretendería colocar tecnologías limpias (renovables) bajo criterios de mercado, sobre todo en las naciones en vías de desarrollo. A diferencia del Protocolo de Kioto en ésta los compromisos serán voluntarios adoptando el mercado y la tecnología como ejes. Parte de las propuestas están pensadas para transferir al mundo en desarrollo la tecnología que haga frente al cambio climático como parte de un programa del Departamento de Energía de Estados Unidos dedicado a exportar tecnologías ambientales (edificios verdes, carbón limpio y automóviles avanzados) a los mencionados países.

Sin embargo, las dudas surgen no sólo de los alcances de un acuerdo de compromisos voluntarios para reducir emisiones, si no porque no buscan diseminar el know how tecnológico en los países donde se adopten estas tecnologías, sólo buscarán abrir nuevos mercados para las mismas.

Otro aspecto importante a considerar es que los autos híbridos-eléctricos que se proponen serán fabricados en Estados Unidos como parte del aliento al sector automotriz de ése país por lo que el resto del mundo tendrá que importarlos si desea estar a la vanguardia. Los acuerdos intrafirma de la industria automotriz en América del Norte se verán rebasados por el peso de la asimetría estructural del país poderoso al decidir unilateralmente políticas industriales, pese a los arreglos y compromisos bajo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte  (TLCAN).

Respecto del objetivo de reducir la dependencia petrolera de Medio Oriente y de Venezuela se puede decir que si bien en los seis últimos años el foco de atención de Estados Unidos ha sido Irak, todo indica que esto se modificará con la idea de reducir tropas, desplazando responsabilidades a las milicias de Irak y transfiriendo el liderazgo político al gobierno de Irak. Todo apunta a que las fuerzas de EUA se van a concentrar en el objetivo del “terrorismo” en Irán y Afganistán, en donde se presume la “amenaza” Talibán. Medio Oriente es una región estratégica para Estados Unidos, de aquí que reducir su dependencia del petróleo significará modificar la condición estratégica del Medio Oriente.

 

Promover la oferta de energía nacional (sin necesidad de abrir áreas protegidas):

Propone el enfoque de utilizar o desechar para los arrendamientos existentes. Las compañías petroleras tienen acceso a 68 millones de acres de tierra (168 millones de hectáreas) y más de 40 millones de acres (98.8 millones de hectáreas) costa afuera, que no son perforados. Considera que en las áreas abiertas se puede aumentar de forma sustantiva la producción de hidrocarburos.

Promover la producción nacional de petróleo y gas de forma responsable a partir de identificar obstáculos a la obtención de los permisos federales para la perforación en Montana. Dakota del Norte, gas en Texas y Arkansas, así como el Refugio de Vida Silvestre de Alaska (ANWR).

Dar prioridad a la construcción del gasoducto de gas natural de Alaska.

Perforación secundaria y terciaria (enhanced oil recovery, EOR por sus siglas en inglés) para obtener 85 mil millones de barriles que es el petróleo técnicamente recuperable de campos existentes.

Comentario

Desde la administración de Ronald Reagan ha sido el congreso estadounidense el que ha vetado el acceso a áreas consideradas protegidas  por lo que en esta ocasión la propuesta de Obama parece realista al considerar las áreas con “acceso” sin necesidad de abrir áreas protegidas, como susceptibles de ser explotadas. Esto contrasta con la situación de sus vecinos, sobre todo México, que abrirá a la exploración y explotación todo sitio y región que parezca promisoria para el efecto.

 

Diversificación de fuentes de energía:

Establecer que un 10% de la electricidad vendrá de los renovables para el 2012.

Desarrollar tecnologías de carbón limpio (captura y confinamiento).

Energía nuclear segura

 

Comentario

La crisis económica también podría limitar el mandato para el objetivo de generar la electricidad con 25% a partir de renovables para el 2025.

 

Eficiencia para reducir uso de la energía y bajar costos:

Bajar la demanda de electricidad con medidas de eficiencia.

Establecer objetivos para edificios eficientes.

Reducir el consumo de energía en edificios federales

Incentivos para que las empresas eléctricas mejoren su eficiencia.

Invertir en redes eléctricas inteligentes.

La calefacción puede ayudarse de mejoras que permitan bajar entre 20 y 40% la factura eléctrica.

 

Comentario

En el Plan Ambiental de Obama, esta propuesta es parte de la política que pretende hacer de la eficiencia energética una prioridad. Para ello se propone duplicar los estándares en 18 años y otorgar créditos fiscales y garantías de préstamo a plantas de producción en Estados Unidos, así como a fabricantes de partes con la idea de armar en éste país automóviles eficientes. También como parte de esta estrategia se propone invertir en vehículos tecnológicamente avanzados que utilicen materiales ligeros y nuevos motores. Apoyados por créditos fiscales para la compra de vehículos ultraeficientes. 

Si bien los precios del hidrocarburo están bajado, se señala la necesidad de redoblar esfuerzos para aumentar la eficiencia energética, reducir el consumo y promover las fuentes alternas. Con ello se logrará reducir los niveles de  consumo y  la velocidad del cambio climático.

 

Posibles implicaciones para México de la propuesta Obama

Estas implicaciones tienen que ver, básicamente, con la conformación de un bloque energético en América del Norte y con la forma subordinada en que se integra México a dicho proceso; así como con el papel de proveedor “confiable” que tiene México en relación al mercado estadounidense:

1. En su intento desesperado por reducir dependencia de Medio Oriente y, sobre todo de Venezuela, EUA podría intentar sacarlo de México, lo cual implicaría sobreexplotar los campos petroleros mexicanos.

2. Si la meta para incorporar renovables a la generación eléctrica se antoja alta para el caso de Estados Unidos, la oficial para el caso de México parece fuera de toda realidad. En fechas recientes, la secretaria de energía Georgina Kessel declaró que México aprovecharía las energías renovables que no han sido eficientemente explotadas. Para ello se estableció la meta del 26% de la capacidad instalada en la generación de electricidad, a partir de fuentes renovables para el 2012(2). Aún cuando la cifra incluyera la hidroeléctrica convencional el objetivo propuesto contrasta con anteriores metas programáticas otrora estimadas por la CFE. Bajo anteriores estimaciones, la capacidad adicional por tipo de tecnología del servicio público para el 2014 en lo que corresponde a las geotermoeléctricas y las eoloeléctricas, constituía sólo el 3.24% respecto del total adicional estimado para ése año (22,125 MW)(2). Las nuevas cifras parecen difíciles de alcanzar, aún cuando las estimaciones oficiales parecen basarse en capacidad instalada  y no en generación efectiva. La situación podría considerarse como el efecto resonancia de los nuevos derroteros energéticos de Estados Unidos encaminados al desarrollo de renovables en donde las empresas trasnacionales están tomando el timón, al igual que sucede con las europeas. Lo que es claro es que bajo estos nuevos parámetros se tendrán que duplicar los objetivos de los retiros (de capacidad instalada), previamente considerados por Comisión Federal de Electricidad (5,108.1MW para el 2014), a fin de dar espacio al actor trasnacional en su calidad de productor de renovables.

3. Otro elemento que tiene que ver con el papel subsidiario que juega México como parte de la estrategia energética global de Estados Unidos, estaría relacionado como proveedor de  otros combustibles como el etanol para el mercado estadounidense. Debido a la importancia que este combustible tendrá por la incorporación de autos flexibles así como por las metas de producción fijadas por la administración republicana (35 mil millones de galones de etanol para el 2017), México podría convertirse en exportador de este combustible bajo iniciativa mesoamericana, como parece ser la idea al incorporar a Chiapas a la producción de etanol sin ser del todo claro lo que se dedicará al abasto nacional.

Pese al ímpetu y a la claridad de objetivos con que inicia la administración de Obama en materia energética los retos por venir van de los tecnológicos a las posibles crisis económicas, los que tendrán que ser superados a fin de confrontar otro reto mayor que se ha convertido en la amenaza futura para la humanidad misma: el cambio climático. 

 
(1)my.barackobama.com/page/content/foreignpolicy (fecha de consulta 6 de diciembre de 2008)
(2) Garduño, Roberto, “El cambio climático y la dependencia petrolera, amenazas para EUA: Obama”, La Jornada, 23 de noviembre de 2008, p.35
(3) Ver, CFE, Programa de Obras e Inversiones del Sector Público 2005-2014 (POISE), México, Gerencia de Programación de Sistemas Eléctricos, cuadro 3-10, p. 3-21.

 

*Es Coordinadora del Area de Estudios de la Globalidad en el Centro de Investigaciones de América del Norte de la UNAM y cuenta con un Doctorado en Ingeniería Energética. Es profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. (rvargas@servidor.unam.mx)

 

Energía a Debate es una revista bimestral de análisis y opinión de temas energéticos,
editada por: Mundi Comunicaciones, S.A. de C.V.